EL BAUTISMO DE JESÚS

En este domingo celebramos la fiesta del Bautismo de N.S. Jesucristo y de esta manera clausuramos las fiestas de Navidad para dar inicio, antes de la Cuaresma, al tiempo ordinario donde conmemoraremos el misterio de Jesús.

Jesús fue bautizado por Juan en el Río Jordán y este acontecimiento resultó toda una manifestación de la gloria de Dios, es decir, una teofanía ya que, cuando Juan bautizó a Jesús, se abrió el cielo y bajó el Espíritu Santo como si fuera una paloma y se oyó la voz del Padre que decía: “Tú eres mi Hijo amado; yo tengo en ti mis complacencias”.

A partir del bautismo, Jesús comenzó su ministerio público, es decir, dejó la casa de Nazaret para anunciar la buena nueva del Reino de Dios. Fueron tres años de intenso apostolado que culminaron con la crucifixión y la resurrección.

También nosotros al igual que Jesús hemos sido bautizados. Hubo un sacerdote que derramó agua sobre nuestra cabeza y nos dijo: “Yo te bautizo en el nombre de Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. Ese día el Espíritu Santo descendió sobre nosotros y el Padre nos dijo: “Tu eres mi hijo, el predilecto”. A partir de ese momento recibimos la vida de Dios y nos incorporamos a la Iglesia que es nuestra madre.

¿Vivo mi bautismo? ¿En verdad me comporto como alguien que ha sido consagrado por Dios?

Que nuestro bautismo nos haga pregoneros del Evangelio a ejemplo de Jesús.