Con el fragmento del Evangelio de este domingo terminamos la proclamación del capítulo 6 de San Juan que desde hace algunos domingos veníamos leyendo. Recordemos que el capítulo 6 de San Juan nos ofrece el discurso de Jesús sobre el Pan de Vida que pronunció en la Sinagoga de Cafarnaúm. En este domingo Jesús afirma “Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida”. Con estas palabras Jesús hace una referencia al sacramento de la Eucaristía porque es ahí donde sacramentalmente, es decir, bajo las especies consagradas del pan y del vino, nosotros comemos la carne de Jesús y bebemos su sangre.
Llama la atención la actitud de muchos discípulos de Jesús porque al escuchar esas palabras se escandalizaron y hasta dijeron: ”Este modo de hablar es intolerable, ¿quien puede admitir eso?”. Y de hecho varios de los discípulos se echaron para atrás y dejaron de seguirlo. Ellos se cerraron a que Jesús los alimentara cual pan vivo bajado de cielo. No quisieron recibir al verdadero maná que bajó del cielo. La actitud de los Apóstoles, entre ellos Pedro, fue diferente. Cuando Jesús les preguntó: “¿También ustedes quieren dejarme?” Pedro le respondió: “Señor, ¿a quien iremos? Tú tienes palabras de vida eterna y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios”.
Tenemos, pues, dos actitudes respecto de Jesús presente en la Eucaristía: o nos alimentamos de Él o no nos alimentamos; o comulgamos o no comulgamos; o aceptamos la presencia real y permanente de Jesús en el pan consagrado o no lo aceptamos.
La Iglesia es eucarística en el sentido que a ella Jesús le encomendó la celebración de la Eucaristía para que de ella se nutra y tenga fuerzas para cumplir la misión. En la Santa Misa nos alimentamos del pan vivo bajado del cielo, del nuevo maná que Dios nos envía. No desperdiciemos este regalo de Dios.
ADMIISTRADOR APOSTOLICO
El pasado 17 de agosto, ante la muerte de Don Hipólito Reyes Larios, el Papa Francisco por medio de un decreto de la Congregación para los Obispos, ha tenido a bien nombrar a Don José Trinidad Zapata, Obispo de Papantla, como Administrador Apostólico de nuestra querida Arquidiócesis de Xalapa hasta el nombramiento y toma de posesión del nuevo Arzobispo. Pidamos a Dios que nuestro próximo obispo siga las huellas de San Rafael Guízar Valencia.
SANTA MONICA Y SAN AGUSTIN
Dios mediante los próximos 27 y 28 de agosto celebraremos la fiesta de Santa Mónica y San Agustín respectivamente. Santa Mónica fue la madre de San Agustín. Este último nació en Tagaste (África) en el año de 354, después de una juventud algo desviada doctrinal y moralmente, se convirtió, estando en Milán, y en el año 387 fue bautizado por el obispo San Ambrosio. Los biógrafos afirman que su conversión se debió a las oraciones y lágrimas de su madre. Vuelto a su patria, llevó una vida dedicada al ascetismo, y fue elegido obispo de Hipona. Durante 34 años fue un modelo para su grey, a la que dio una sólida formación por medio de sus sermones y de sus numerosos escritos, con los que contribuyó en gran manera a una mayor profundización de la fe cristiana contra los errores doctrinales de su tiempo. Murió en el año 430. De él tenemos esta frase:
¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva,
tarde te amé! y tú estabas dentro de mí y yo afuera,
y así por de fuera te buscaba; y, deforme como era,
me lanzaba sobre estas cosas que tú creaste.
DIA DEL ADULTO MAYOR
El 28 del presente celebraremos el día del Adulto Mayor, a nuestros abuelos. Que Dios les bendiga abundantemente y les conceda mucha fuerza y salud. No dejen darnos testimonio de vida cristiana. En la Misa de 18:00 hrs. pediremos por todos ustedes.
NUESTRO SEÑOR DE CHALMA
El domingo 29 la Misa de 18:00 hrs. será ofrecida al Señor de Chalma donde le pediremos nos conceda el cese de la pandemia y el remedio a todas nuestras necesidades. Todos las imágenes Chalmitas junto con los estandartes serán bienvenidos.
MEDIDAS SANITARIAS
Aunque suene repetitivo: por favor observe las medidas preventivas de salud ya que el covid sigue dando guerra.
