¿QUIEN SOY YO PARA USTEDES?

Mc 8,27-35

El Evangelio de este domingo XXIV del tiempo ordinario, nos presenta dos preguntas que Jesús hizo a sus discípulos: “¿Quién dice la gente que soy? Ustedes ¿quién dicen que soy yo?” Ambas preguntas fueron contestadas por los discípulos y así le dijeron a Jesús que la gente pensaba que era Juan el Bautista o Elías o algunos de los antiguos profetas. La segunda pregunta fue contestada por el Apóstol Pedro: “Tú eres el Mesías”. Esta respuesta refleja la fe de Pedro, de los discípulos y de toda la Iglesia: para todos los que somos cristianos, Jesús es el Mesías, es el Señor, es nuestro Dios, es nuestro salvador hecho hombre nacido de la Virgen María.

México es un estado laico que permite la libertad de culto aunque ha habido etapas de persecución religiosa como la guerra cristera (1926-1929) propiciada por la “ley calles”. En un alto porcentaje el pueblo mexicano es cristiano, ya no digamos católico y por ello nuestra fe está centrada en Jesús, en el Mesías de Dios. Compartimos la misma fe de Pedro y de los demás Apóstoles. Esta fe sin obras es una fe muerta como así nos lo enseña el Apóstol Santiago (St 2, 17.26). Nuestra fe en Jesús se debe ir reflejando en nuestras obras, en nuestra vida diaria tanto en el ámbito personal como comunitario.

Si México es cristiano, si es católico ¿por qué tantas muertes? ¿por qué tanta inseguridad y robos? ¿por qué tanta violencia inclusive en el seno familiar? La respuesta: porque no vivimos bien nuestra fe que hemos recibido en nuestro bautismo, porque no dejamos que Jesús, el Mesías, reine en nuestros corazones y en nuestra Patria, porque su Evangelio no es nuestra norma de vida. Ojala que nuestra fe centrada en Cristo Jesús se vea reflejada en nuestras obras y así logremos un México más justo y fraterno.

Señor Dios, creador y soberano de todas las cosas, vuelve a nosotros tus ojos y concede que te sirvamos de todo corazón, para que experimentemos los efectos de tu misericordia. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

¡VIVA MEXICO!

NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES

En este domingo 15 de septiembre celebramos a María Santísima en su advocación de Nuestra Señora de los Dolores. María nos enseña a confiar en Dios en medio del sufrimiento y nos sostiene en las dificultades. Que ella interceda por nuestro México para que superemos los dolores causados por la violencia y la inseguridad. Felicitamos a las mayordomías de nuestra parroquia

LA INDEPENDENCIA DE MEXICO

También en este día celebramos el aniversario 214 del inicio de la lucha de la independencia de México respecto de la corona de España. La independencia fue consumada el 27 de septiembre de 1821 después de once años de muchas batallas. Pidamos a Dios por nuestro México para que juntos, gobernantes y ciudadanos, podamos construir una sociedad donde se viva la paz, la justicia, la fraternidad.

EL SANTO SEPULCRO

La imagen del Santo Sepulcro este domingo está visitando la familia Durán González con domicilio en Venustiano Carranza n. 304 de esta colonia Vicente Guerrero. Quien guste asistir es bien recibido.

LA PEREGRINACION A LA BASILICA

Nuestro párroco, el Padre Elías Soto, que participó en la peregrinación a pie del 5 al 12 de septiembre hacia la Basílica de Guadalupe llegó con bien. Tuvo la dicha de celebrar la Santa Misa en el Altar Mayor el día 12 a las 13:00 hrs., y ahí pidió por toda la parroquia.

¿Quién ES EL AUTOR DE LA SAGRADA ESCRITURA?

“Dios es el autor de la Sagrada Escritura. Las verdades reveladas por Dios, que están contenidas y se manifiestan en la Sagrada Escritura, se consignaron por inspiración del Espíritu Santo. La santa madre Iglesia, fiel a la base de los Apóstoles, reconoce que todos los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento, con todas sus partes, son sagrados y canónicos, en cuanto que, escritos por inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios como autor, y como tales han sido confiados a la Iglesia”.

“En la composición de los libros sagrados, Dios se valió de hombres elegidos, que usaban de todas sus facultades y talentos; de este modo, obrando Dios en ellos y por ellos, como verdaderos autores, pusieron por escrito todo y sólo lo que Dios quería”. (Cat. Ig. 105 y 106).