Fábrica-textil-en-Xal-antig
Author picture

EL DIQUE Y EL P. MARTIN DEL CAMPO

Es bueno recordar que durante los tiempos de la revolución mexicana la Capilla de El Dique dedicada a la Virgen de Guadalupe y tan querida por todos los xalapeños cayó  en manos de los masones y estos la convirtieron en salón de baile y en centro de reuniones de los sindicalistas de la fábrica textil. En la zona de Los Lagos hubo efectivamente una fábrica de textiles y se aprovechaba el agua para mover las turbinas de los telares. Los fieles católicos siempre habían reclamado este espacio para celebrar los oficios religiosos pero los sindicalistas prohibían su acceso. Dada la Ley Calles, que en Veracruz fue aplicada con mano dura por el gobernador Adalberto Tejeda, volver a ocupar la capilla para el culto era cosa casi imposible. En este lamentable contexto el Padre Martín del Campo fue designado Capellán de El Dique el 23 de julio de 1948. Ya había pasado la persecución religiosa y los templos ya estaban abiertos y había que recuperar el templo de El Dique y Mons. Manuel Pío le encargó esta tarea al P. Martín del Campo.

El Dr. Fausto Morales a propósito nos comparte lo siguiente: El Padre Martín del Campo, que ya era bastante conocido por  la grey católica, desde  que llegó   a este barrio encontró apoyo y muestras de cariño, pero, por desgracia, tuvo también que  enfrentarse  a grandes dificultades que era necesario vencer, ya que un grupo de personas perteneciente a una secta protestante se oponían determinantemente a que dicho edificio funcionara nuevamente como templo católico y promovían ante las autoridades y los habitantes  para que continuara como teatro y salón de baile.

El Padre Martín luchó contra este grupo que se tornó agresivo. En una ocasión un señor llegó incluso a golpear en la mejilla al Padre Martín quien a su vez logró apaciguar a la  gente que lo apoyaba, que enardecida quería a su vez golpear, en venganza, al agresor. El P. Martín les hacía hincapié que el camino de Dios no es la venganza ni la violencia. Unos feligreses resguardaban al P. Martín. En ocasiones lo hacían  salir y transitar por una calle y regresar por otra, con el fin de evitar encontrarse con los cabecillas del referido grupo opositor. Para vadear los lagos y a este grupo se servían inclusive de “una viguita” como el Padre Martín llamaba al tablón que les servía de puente.

Su dedicación, su fe, su entrega y, sobre todo, su humildad y mansedumbre, fueron determinantes,  no sólo para  apaciguar al grupo opositor, sino para obtener cada vez más apoyo para su causa, y el local  fue totalmente acondicionado para funcionar nuevamente como templo católico.

“Una señorita de apellido Serdán logró rescatar la imagen de la Virgen de Guadalupe que tenía la capilla anterior y también logró que le devolvieran la campana que se encontraba en la cárcel, ubicada en ese tiempo en la parte posterior del Palacio de Gobierno…Como el templo no contaba con campanario las referidas  campanas se colocaron casi a ras del suelo”.

Una mañana se oyó el tañer de las campanas. ¡Por fin se había recuperado la Capilla! La Misa de reapertura la ofició el Padre Martín con mucha alegría y dando gracias a Dios. En esta Capillita el P. Martín estuvo hasta el año de 1953.

Actualmente, en el mismo sitio, se construyó un moderno, amplio y  bien acondicionado templo, elevado a la categoría de “Basílica Menor de Nuestra Señora de Guadalupe”, y es visitado por miles de peregrinos especialmente el 12 de diciembre.

Que la Virgen de Guadalupe a quien tanto quiso el Venerable Siervo de Dios interceda ante el Señor para que nos conceda su pronta beatificación y canonización.

Comparte este escrito